Ya en el año 2019 Daniel Albero se convirtió en la primera persona con diabetes que corrió el rallye Dakar.
Ese año y el siguiente tuvo que abandonar, pero este año ha logrado terminar la prueba de motor más dura del mundo.
En el año 2019 el piloto Daniel Albero, con su condición de persona con diabetes, ya había cumplido su sueño de subirse al pódium de salida en Perú, en el rallye más duro del mundo y así continuar con la misión de su proyecto “Un diabético en el Dakar” que no es otro que romper las barreras que impiden a millones de diabéticos en todo el mundo llevar a cabo una vida normal y motivarlos a realizar actividades deportivas, e impulsar y fomentar el interés en la investigación de la diabetes.
Su aventura quedó plasmada, a través de la Editorial Kurere, en un emocionante libro solidario “Un diabético en el Dakar”, que se publicó a finales del pasado año 2020 y donde podemos comprobar como el autor, un niño como cualquier otro al que un día, su vida da un vuelco, cuando le diagnostican una diabetes tipo 1. Aquel niño nunca ha dejado de soñar y, a través de este relato, podemos comprobar como con trabajo, esfuerzo, mucho empeño y dedicación, todo se puede conseguir, solo se necesita tener sueños y Dani nos asegura que los sueños se cumplen. En el libro, el piloto cuenta cómo llegó hasta la salida del rallye, todas las aventuras que ha vivido en sus entrenamientos y a lo largo de sus dos primeras participaciones en el Dakar.
Se trata de un libro solidario donde parte de los beneficios obtenidos por su venta irán destinados a ASPANION, Asociación de Padres de Niños con Cáncer de la Comunidad Valenciana.
Quiso intentarlo este año de nuevo y, después de mucho esfuerzo, consiguió estar en Arabia Saudí, en la línea de salida con su inseparable moto, ‘Azucarilla’, como él la llama, que lleva montado un dispositivo digital para medir el índice de glucosa en tiempo real y una bomba de insulina que le aporta al momento las dosis que necesita.
La competición este año ha sido muy dura y Dani ha pasado por momentos muy complicados, pero el esfuerzo ha merecido la pena y ha entrado en la historia de la carrera de motor más dura del planeta.
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